El centro Mariápolis “Alegría”, “Un oasis de paz”, “Casa de todos”.
Veamos el hilo de oro que involucra a muchos que han visto surgir la casa de María en estas tierras.
A finales de 1989, con la providencia se adquiere un terreno, en Tocancipá, en el Valle de las Alegrías del Zipa. A 33 kilómetros de Bogotá.
En agosto de 1990. Monseñor Rubén Buitrago, obispo de la diócesis, los seminaristas, algunas autoridades del Municipio y los miembros del Movimiento de los Focolares, celebran la “posa de la primera piedra”.
Enero de 1992, desde Armenia llega una bella pareja de viejitos: Fabio y Diva… fueron la puerta de acogida, el paño de lágrimas para muchos. Cuantos llegaron hasta allí, fueron acogidos y muchos transformaron sus vidas con la fuerza del Evangelio.
A finales de 1992 ya estaba en pie la estructura fundamental del edificio y ahora había que dar vida a la comunidad, objetivo fundamental por el cual había nacido.
Amanece el primero de enero de 1993… y empiezan las primeras caravanas de jóvenes y adultos que llegan de todas partes del país dando inicio a las escuelas de formación que luego se fueron multiplicando. Las personas del entorno empezaban a preguntarse si esa casona era un convento o un colegio.
El ‘94 es el año de los niños: siempre atentos e inquietos corrían cada tarde a jugar allí, donde se sentían acogidos y amados. Los padres ven en ellos una nueva forma de comportarse, de hablar,… Y esto los lleva a interesarse por lo que sucede en esta casa. Se realiza entones, el primer encuentro de Palabra de Vida… más de 70 adultos y muchos niños, como en tiempos de Jesús quedan fascinados por el fuego de su presencia y su Palabra.
1998 podría ser llamado el año del Estallido. Por primera vez, más de 4000 alumnos de los distintos colegios del municipio se reúnen para cantar a la paz, convirtiéndose en protagonistas de un mundo nuevo. Se celebra la primera Semana Mundo Unido.
Se hacía así necesaria la construcción de la segunda etapa. Una aventura de fe que transforma actos de amor en ladrillos… es la casa de todos y la generosidad no se hace esperar.
El amor por esta comunidad nos lleva a atravesar los plásticos de las floras y pensar en esos niños que quedan solos gran parte del día porque sus padres van a buscar ahí el sustento para la familia: Nace la semilla de lo que más tarde sería el Colegio Jardín Feliz, ahora Escuela Sol Naciente.
En el 2001, un grupo de jóvenes, deseosos de conocer profundamente el Movimiento de los Focolares, fundado por Chiara Lubich, llegan para una escuela que contenía una promesa: Nace la Escuela Gen, periodo de seis meses en el cual los jóvenes, entre lecciones y trabajo, profundizan la vida de la espiritualidad de la unidad y poco a poco se multiplican estos espacios de formación, generando diferentes escuelas.
En los últimos años esta realidad se ha ido expandiendo y consolidando. Y esta aventura ha ido transformando poco a poco el entorno. Las personas que han aceptado el reto de vivir “como en el cielo así en la tierra”. Es por esto que juntos nos atrevemos a tocar las puertas del cielo pidiéndole a María que se construya en este valle “Su Ciudad”.
